Ser paciente es muestra de mucha inteligencia.
Proverbios 14: 29
Este es Naamán. Naamán estaba enfermo de lepra, y su criada le dijo que fuera a ver al profeta Eliseo, porque él podía sanarlo. Cuando Naamán llegó frente a la casa del profeta, Eliseo envió un mensajero a decirle que debía sumergirse siete veces en el río Jordán para sanar de su enfermedad. Naamán se enojó, porque Eliseo ni siquiera salió a saludarlo.
Aunque la indicación del profeta era clara, Naamán no quería ir al río donde lo había enviado Eliseo. Él prefería sumergirse en un río de su país.
Naamán era un hombre impaciente, se enfadaba cuando las cosas no se hacían como él quería. Sin embargo, sus amigos le dijeron que debía obedecer al profeta. Naamán finalmente decidió sumergirse en el Jordán, y Dios lo sanó. ¿Qué crees que hubiera pasado si no hubiera obedecido?
A veces, tus padres te dirán que no puedes usar los juguetes que te gustan o que no puedes ir a un lugar que deseas visitar. En ese momento, debes ser paciente, estar tranquilo y disfrutar haciendo otra actividad. Jesús es feliz cuando tú eres paciente y obediente.
Padre bueno, ayúdame a ser paciente en todo momento, aunque tenga que hacer lo que no quiero.
Actividad: Hoy vas a practicar la paciencia. A lo largo del día, tus padres te dirán en varias ocasiones que solo atenderán tu petición cuando hayas hecho tus tareas; por ejemplo, recoger los juguetes.