Tener fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se espera; es estar convencidos de la realidad de cosas que no vemos.
Hebreos 11: 1
¿TE HAS IMAGINADO ALGUNA VEZ CÓMO SERÍA SER INVISIBLE durante unos segundos? El experimento de hoy puede convertir un objeto en invisible. ¡Así es! Has leído bien: IN-VI-SI-BLE.
Esto ocurre debido a un fenómeno llamado REFRACCIÓN DE LA LUZ (DESVÍO CAUSADO POR EL CAMBIO DE VELOCIDAD DE LA LUZ AL ATRAVESAR DIFERENTES MEDIOS). La luz atraviesa el vidrio y la glicerina a velocidades casi iguales. Por esta razón, nuestros ojos no pueden diferenciar lo que es vidrio y lo que es glicerina, dándonos la impresión de que la botella se ha vuelto invisible.
La fe es la certeza de la existencia de algo que no podemos ver. A menudo, en medio de las dificultades, oramos y podemos ver cómo las cosas se resuelven milagrosamente. Otras veces, sentimos la presencia de Dios al orar o leer la Biblia, o incluso al cantar un himno. Sin embargo, no siempre tendremos sensaciones o respuestas inmediatas. Y es en medio de lo invisible, de las aparentes ausencias y falta de respuestas de Dios, donde debemos seguir creyendo.
Del mismo modo que sabemos que la botella de nuestro experimento no ha desaparecido, debemos estar seguros de que DIOS ESTÁ SIEMPRE A NUESTRO LADO. ¡No dejes que las luces de este mundo engañen a tus ojos! Ora y pídele a Dios que te ayude a encontrar evidencias diarias que fortalezcan tu fe aún en medio de las cosas difíciles que tiene la vida.
