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Los canarios salvavidas

Matinal para Menores 2024

Fijemos nuestra mirada en Jesús, pues de él procede nuestra fe y él es quien la perfecciona.

Hebreos 12:2

Entra a una tienda de mascotas, busca la sección de pájaros y mira los canarios. Son pájaros muy lindos con plumas de color amarillo brillante. Pero, sobre todo, son uno de los pájaros más populares criados en cautiverio, porque emiten unos cantos preciosos. Les encanta cantar.

Pero los hombres que trabajaban en las minas de carbón apreciaban a los canarios por algo más que su canto. Hace años, el carbón era una de las formas más baratas de calentar las casas y las empresas, así como de hacer funcionar las máquinas de vapor de los trenes.

El problema es que el carbón se halla a gran profundidad bajo la superficie de la tierra. Los hombres, denominados mineros del carbón, lo extraían de la tierra utilizando herramientas manuales y explosivos.

Los derrumbes en esas minas eran temidos y ocurrían a menudo, pero aún más peligroso era el gas metano y el monóxido de carbono que a veces se acumulaban en los pozos de las minas.

Esos gases eran asesinos silenciosos. Los mineros no disponían de detectores de gas para bajar a las profundidades de los pozos, pero descubrieron algo que era incluso mejor: los canarios.

Sí, estas aves de color amarillo brillante eran el seguro de vida de los primeros mineros del carbón. Transportados bajo tierra en jaulas, el metabolismo altamente sensible del ave detectaba trazas de gas.

Cuando el aire era puro, el canario se posaba erguido en su percha. Sin embargo, cuando aumentaba el monóxido de carbono, el pájaro empezaba a balancearse en la percha. Si el gas venenoso aumentaba demasiado, el canario se caía de la percha, muerto.

Si eso ocurría, los mineros se apresuraban a salir de la mina. Pobres pajaritos, daban su vida para mantener a salvo a los mineros.

Para mantenerse a salvo, los mineros mantenían la mirada fija en los canarios. A veces, los niños fijan la mirada en sus compañeros de clase, en las grandes estrellas de la música o en los videojuegos.

Pero recuerda que el mejor lugar para fijar nuestra mirada es Jesús. Con él estaremos a salvo.

- Vicki Redden se graduó en 1996 de la Universidad Adventista del Sur. Ella y su esposo, Ron, ambos niños en el fondo, tienen 11 sobrinos y sobrinas (¡al último recuento!) y dos perros: Molly y Alix. Ella está atenta a los héroes de Dios desde su hogar en Maryland.

- Dee Litten Reed creció en una granja en Virginia, rodeada de los animales de granja habituales, así como de algunas criaturas salvajes que rescató. Le encanta visitar zoológicos y acuarios con su nieto, Tommy, y observar ballenas navegar por la costa de Ventura, California.

- Joelle Reed Yamada se tomó un año libre de dar clases de religión en la escuela secundaria para viajar sola por el mundo. Ella y su marido, Brent, viven en una granja lechera en Inglaterra, donde ella enseña psicología y está aprendiendo todo sobre cómo ser una granjera inglesa. Se esfuerza mucho por mantener a su perra, Nala, fuera de problemas.