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Les cerró la boca

Matinal para Menores 2024

Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones.

Daniel 6: 22

Cuando yo iba a la escuela, a veces me costaba llevarme bien con otras niñas de mi clase. Mi madre, para que me sintiera mejor, me dijo que quizá ellas estaban celosas de mí, pero creo que la verdadera razón era que yo no era una compañera de clase muy cariñosa.

Los celos son un problema importante para algunas personas, y Daniel tenía unos compañeros de trabajo muy celosos.

Como Daniel era un hombre fiel y un gran trabajador, le dieron el mejor trabajo en el reino de Darío. Los otros gobernadores estaban tan celosos que elaboraron un plan para engañar al rey.

Consiguieron que el rey aprobara una nueva ley. Esta consistía en que nadie podría adorar a otra persona que no fuera el rey. Ellos sabían que Daniel no se arrodillaría frente al rey, así que intentaron que Daniel se metiera en problemas.

Daniel oraba a Dios tres veces al día en su ventana, donde todo el mundo podía verlo. Y cuando se aprobó la nueva ley, él mantuvo su costumbre de orar tres veces al día frente a todos.

El rey Darío apreciaba a Daniel, pero cuando los gobernadores y supervisores le dijeron que Daniel no había cumplido la ley, tuvo que cumplir lo que había firmado y permitir que arrojaran a Daniel al foso de los leones.

Entonces colocaron una gran piedra sobre el foso y lo sellaron con el sello especial del rey. Los leones estaban hambrientos y se abalanzaban sobre cualquier cosa que fuese lanzada al foso.

El rey tenía miedo de que Daniel muriera; por eso, se emocionó cuando a la mañana siguiente lo encontró vivo tras quitar la piedra que cubría el foso. En lugar de cenarse a Daniel, los leones acabaron desayunando a esos hombres que habían engañado al rey para que aprobara esa ley.

Si Jesús pudo cerrar la boca de esos leones devoradores de seres humanos, también puede cambiar nuestros corazones. Cuando nos sentimos enfadados, celosos o rencorosos, solo tenemos que pedirle a Jesús que cambie nuestro corazón.

- Vicki Redden se graduó en 1996 de la Universidad Adventista del Sur. Ella y su esposo, Ron, ambos niños en el fondo, tienen 11 sobrinos y sobrinas (¡al último recuento!) y dos perros: Molly y Alix. Ella está atenta a los héroes de Dios desde su hogar en Maryland.

- Dee Litten Reed creció en una granja en Virginia, rodeada de los animales de granja habituales, así como de algunas criaturas salvajes que rescató. Le encanta visitar zoológicos y acuarios con su nieto, Tommy, y observar ballenas navegar por la costa de Ventura, California.

- Joelle Reed Yamada se tomó un año libre de dar clases de religión en la escuela secundaria para viajar sola por el mundo. Ella y su marido, Brent, viven en una granja lechera en Inglaterra, donde ella enseña psicología y está aprendiendo todo sobre cómo ser una granjera inglesa. Se esfuerza mucho por mantener a su perra, Nala, fuera de problemas.