Tú fuiste quien formó todo mi cuerpo; tú me formaste en el vientre de mi madre.
Salmo 139: 13
EL ADN (SIGLAS EN INGLÉS PARA EL ÁCIDO DESOXIRRIBONUCLEICO) almacena la información genética de las personas en el interior del núcleo celular; pero ¿sabías que es posible observar el ADN de las fresas? Para ello, necesitaremos un ingrediente: alcohol isopropílico. Se puede encontrar fácilmente en farmacias.
Para este procedimiento, deja el alcohol en el congelador durante una hora. Toma una bolsa de plástico y aplasta algunas fresas con un poco agua. Tras este proceso, vierte la mezcla en un vaso de vidrio y añade unas gotas de detergente. Ahora, inclina con cuidado el vaso y vierte alcohol hasta mitad. Notarás pequeñas fibras blanquecinas en la superficie de la mezcla. ¡Estos son los filamentos de ADN! Esto se debe a que el detergente disuelve las membranas, liberando el ADN; el alcohol, a su vez, separa las hebras que forman la estructura que vemos.
El Salmo 139 nos recuerda las características que señalan a Dios como nuestro creador y sustentador. El salmista afirma que Dios lo tejió en el vientre de su madre. Es interesante notar que nuestro material genético, responsable de transportar la información que traduce todo lo que somos, también haya sido estructurado como un hilo muy largo, cuidadosamente enrollado para caber en el núcleo celular.
Como un artesano entrelazando cada hebra, así DIOS te formó a TI. Cuando aún estabas en el vientre de tu madre, él soñó con cada uno de tus rasgos, y desea tiernamente brindarte verdadera felicidad.
Entrégate hoy en las manos de este Padre de amor que nos creó de una manera tan increíble, y que continúa cuidando de nosotros día tras día.