Categories

Archivos

No, gracias

Matinal para Menores 2024

Háblense unos a otros con salmos, himnos y cantos espirituales, y canten y alaben de todo corazón al Señor.

Efesios 5: 19

Un sábado, mientras Terry volvía a casa de la iglesia por una carretera muy transitada, algo le llamó la atención. Allí, en el centro de la carretera, con los automóviles pasando a toda velocidad a ambos lados, vio un patito peludo que parecía estar solo.

Terry paró en un aparcamiento que encontró vacío y volvió corriendo por la carretera. El patito seguía allí. Terry esperó a que dejaran de pasar los automóviles para salir corriendo y agarrar al patito.

Para entonces ya se había dado cuenta de que había un arroyo que pasaba por debajo de la carretera. Terry miró a un lado del arroyo, y no vio ningún pato. Pero cuando miró al otro lado, allí estaba la mamá pato con su hilera de crías nadando detrás. «¡Se te ha olvidado uno!», gritó Terry, pero la señora pato la ignoró.

Así que Terry llevó al patito hasta la orilla del arroyo. Se puso a piar tan fuerte como pudo, y pronto la señora pato le oyó, se dio la vuelta y nadó hacia Terry y su bebé. Entonces gritó: «Cuac, cuac, cuac, cuac».

«No pasa nada, señora pato. Su bebé está a salvo», le dijo Terry mientras dejaba al patito en el arroyo. Por supuesto, un pato no puede dar las gracias, pero Terry pensó que podría lanzarle una mirada de agradecimiento o algo así. ¿Sabes lo que hizo la mamá pato? Agitó las alas, salió del agua y mordió a Terry en el cuello. Terry se sorprendió y se quejó de dolor. Había llevado a su hijo perdido a la señora pato….. ¿y así se lo agradecía?

Cuando pienses en la desagradecida mamá pato, deja que te recuerde lo importante que es dar las gracias. Piensa hoy en todas las cosas por las que puedes estar agradecido y da las gracias por ellas. Dales las gracias a tus abuelos por las cosas que hacen por ti, a tus padres, a tus profesores, a tus amigos y también a tus hermanos.

¡Y no te olvides de darle las gracias a Jesús! A él le encanta que le demos las gracias.

Julie

- Vicki Redden se graduó en 1996 de la Universidad Adventista del Sur. Ella y su esposo, Ron, ambos niños en el fondo, tienen 11 sobrinos y sobrinas (¡al último recuento!) y dos perros: Molly y Alix. Ella está atenta a los héroes de Dios desde su hogar en Maryland.

- Dee Litten Reed creció en una granja en Virginia, rodeada de los animales de granja habituales, así como de algunas criaturas salvajes que rescató. Le encanta visitar zoológicos y acuarios con su nieto, Tommy, y observar ballenas navegar por la costa de Ventura, California.

- Joelle Reed Yamada se tomó un año libre de dar clases de religión en la escuela secundaria para viajar sola por el mundo. Ella y su marido, Brent, viven en una granja lechera en Inglaterra, donde ella enseña psicología y está aprendiendo todo sobre cómo ser una granjera inglesa. Se esfuerza mucho por mantener a su perra, Nala, fuera de problemas.