Protéjanse con toda la armadura que Dios les ha dado, para que puedan estar firmes contra los engaños del diablo.
Efesios 6: 11
Dios hizo a las criaturas con un apetito para los alimentos adecuados para ellas. No me gustaría ser un pájaro y tener que alimentarme de alpiste, de insectos, gusanos u orugas. Fíjate en el pasto después de la lluvia o temprano por la mañana, y verás muchos pájaros felices. Si observas el tiempo suficiente, puede que los veas girar la cabeza de un lado a otro y bajar de repente a la velocidad de un rayo para agarrar algo muy jugoso que acabarán comiéndose.
Las orugas son el alimento preferido de muchos tipos de aves. Aunque el tiempo que transcurre desde que son orugas hasta que se convierten en mariposas es corto, es suficiente para que se conviertan en el almuerzo de un ave. Pero algunas orugas, como la larva de la mariposa de cola de golondrina, con rayas atigradas amarillas y negras, son tramposas y evitan ser comidas por pájaros hambrientos. Esto es lo que ocurre.
Los pájaros con mucho apetito van volando y ven a estas orugas que son de un color verde muy oscuro y con dos grandes manchas negras en el cuerpo que parecen ojos. En un instante, esta oruga es como si se transformara en una pequeña serpiente. La cabeza real del insecto, que sostiene los ojos reales, se acerca al suelo.
La parte delantera de su cuerpo sale hacia fuera, y ahora las manchas parecen enormes ojos. Además, de la parte delantera de la oruga sale una lengua bífida que huele fatal. La verdad es que esta pequeña larva tiene un aspecto que da miedo, pero huele aún peor. El pájaro que quiere enfrentarse a esta criatura no pierde mucho tiempo y decide alejarse dando saltitos.
¿No sería estupendo que pudiéramos espantar a nuestros enemigos como hace esa pequeña oruga? Pues bien, podemos asustar a nuestros enemigos espirituales si nos transformamos poniéndonos la armadura de Dios, que es la verdad, la justicia, la paz, la fe y la salvación.