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Alerta de serpientes

Matinal para Menores 2024

Satanás, que engaña a todo el mundo.

Apocalipsis 12:9

La mamá planeaba toda la semana lo que haría la familia para divertirse el sábado por la tarde. Esa semana, además de un pícnic en la playa, iban a ir de excursión a una cascada en las montañas de Santa Mónica, en California, Estados Unidos.

Era una caminata relativamente fácil, y el camino era ancho y estaba muy transitado. El papá llevaba agua de sobra y mamá tenía algo para comer que podrían disfrutar cuando llegaran a la base de la cascada, donde podrían chapotear un poco en el agua y refrescarse.

Era verano en el sur de California y, aunque el paisaje era bastante seco, aún quedaban muchas cosas que ver por el camino. Por ejemplo, las plantas: artemisa de California, hinojo dulce, vara de oro occidental, gloria de la mañana y zumaque de laurel decoraban el camino. Los lagartos se escabullían al oírlos acercarse y, a veces, tenían la suerte de ver conejos del monte.

Los inclinados acantilados ofrecían buenas zonas donde las águilas, los halcones y los buitres hacían sus nidos. Estos a menudo sobrevolaban en círculos sobre las corrientes cálidas y buscando «almuerzo».

A mitad de camino hacia la cascada, la familia decidió desviarse por un sendero bastante estrecho y poco transitado. Caminaron en fila india: el papá, Joelle, Scott y luego la mamá. Al cabo de unos cientos de metros, el camino se terminó abruptamente y la familia tuvo que dar media vuelta. Pero no lo hicieron tan rápido, pues cerca del camino, delante de la mamá, apareció una serpiente de cascabel.

La familia se sobresaltó, pero no tanto como la serpiente al ver a cuatro gigantes que se abrían paso cerca de ella. Su cascabel fue una advertencia para que no se acercaran más y dieran media vuelta.

Al diablo se le ha llamado serpiente, pero a diferencia de la serpiente de cascabel, no nos avisa. Siempre debemos tener cuidado de no acercarnos a él y dar media vuelta.

- Vicki Redden se graduó en 1996 de la Universidad Adventista del Sur. Ella y su esposo, Ron, ambos niños en el fondo, tienen 11 sobrinos y sobrinas (¡al último recuento!) y dos perros: Molly y Alix. Ella está atenta a los héroes de Dios desde su hogar en Maryland.

- Dee Litten Reed creció en una granja en Virginia, rodeada de los animales de granja habituales, así como de algunas criaturas salvajes que rescató. Le encanta visitar zoológicos y acuarios con su nieto, Tommy, y observar ballenas navegar por la costa de Ventura, California.

- Joelle Reed Yamada se tomó un año libre de dar clases de religión en la escuela secundaria para viajar sola por el mundo. Ella y su marido, Brent, viven en una granja lechera en Inglaterra, donde ella enseña psicología y está aprendiendo todo sobre cómo ser una granjera inglesa. Se esfuerza mucho por mantener a su perra, Nala, fuera de problemas.