Porque lo invisible de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, y pueden comprenderse por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.
Romanos 1: 20, RVC.
EL BRASILEÑO MARCOS EBERLIN ES UN CIENTÍFICO QUE CREE EN UN Dios creador. Durante 40 años fue investigador de la Universidad Estatal de Campinas y es coordinador del Centro de Investigación en Ciencia, Fe y Sociedad.
Además de ser miembro de la Academia Brasileña de Ciencias y merecedor de la Orden Nacional del Mérito Científico, existe una reacción química que lleva su nombre. Eberlin también ha ganado varios premios, como la Medalla Thompson, considerada el honor más importante en su campo.
Accesible y comunicativo, Eberlin ha ayudado a muchas personas a comprender la lógica y la belleza de la Teoría del Diseño Inteligente (TDI).
Según él, la TDI se basa en patrones de la naturaleza que evidencian la acción de una mente inteligente, creando todo lo que existe, como la complejidad irreductible, la información funcional, el ajuste fino y la presciencia, pilares que argumentan contra la evolución naturalista. ¿Te da curiosidad? ¿Qué tal si investigas poco más sobre estos temas?
La TDI revela, al igual que Pablo en el versículo de hoy, que los atributos invisibles de Dios, su eterno poder y su naturaleza divina, pueden verse a través de las cosas creadas.
Aquellos que eligen atribuir la evidencia del diseño armonioso a la casualidad, son definidos en este versículo bíblico como inexcusables.
No seas contado entre ellos. Al estudiar la Biblia y la naturaleza, te darás cuenta de que no hay conflicto entre ellas; ambas son obras asombrosas realizadas por el mismo Autor.
Haz el ejercicio de observar la naturaleza y percibir las huellas del Creador, quien hizo haciendo todo para nuestro bien.