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Dos son mejor que uno

Matinal para Menores 2024

Dichosos los que trabajan por la paz, porque Dios los llamará hijos suyos.

Mateo 5: 9

Bev vivía en una casa que tenía su propio huerto de manzanos y le gustaba mirar por la ventana y observar a los ciervos comiendo manzanas. Primero salía del bosque la cierva, luego los cervatillos y por último el macho. A menudo, el macho permanecía escondido en el bosque mientras su familia comía.

A la primera señal de peligro, les avisaba con un bufido y saltaban fuera de su vista. A medida que avanzaba el otoño, cada vez quedaban menos manzanas en los árboles. Fue entonces cuando los ciervos se volvieron creativos. ¿Te has dado cuenta alguna vez de que las manzanas más bonitas de un árbol parecen estar siempre fuera de tu alcance?

Pues los ciervos también se dieron cuenta. Varias veces, Bev miró por la ventana y vio algo muy divertido. Los ciervos trabajaban juntos para alcanzar las manzanas.

Un ciervo se ponía debajo del árbol, mientras el otro se apoyaba en las patas traseras y colocaba las delanteras en el lomo de su amigo. Al equilibrarse así, podía estirar el cuello para llegar más arriba en el árbol y alcanzar esas ricas manzanas. Después de comer un rato, los ciervos cambiaban de sitio y así cada uno tenía su turno de comer.

Aquellos ciervos eran listos. Sabían que cooperar era mejor que pasar hambre mientras esperaban a que esas manzanas cayeran de los árboles. Cooperar es lo contrario de ser egoísta, y es una forma estupenda de hacer amigos. Piensa en ello la próxima vez que quieras salirte con la tuya o no te apetezca compartir. Te sentirás mejor contigo mismo si pruebas a cooperar.

Julie.

- Vicki Redden se graduó en 1996 de la Universidad Adventista del Sur. Ella y su esposo, Ron, ambos niños en el fondo, tienen 11 sobrinos y sobrinas (¡al último recuento!) y dos perros: Molly y Alix. Ella está atenta a los héroes de Dios desde su hogar en Maryland.

- Dee Litten Reed creció en una granja en Virginia, rodeada de los animales de granja habituales, así como de algunas criaturas salvajes que rescató. Le encanta visitar zoológicos y acuarios con su nieto, Tommy, y observar ballenas navegar por la costa de Ventura, California.

- Joelle Reed Yamada se tomó un año libre de dar clases de religión en la escuela secundaria para viajar sola por el mundo. Ella y su marido, Brent, viven en una granja lechera en Inglaterra, donde ella enseña psicología y está aprendiendo todo sobre cómo ser una granjera inglesa. Se esfuerza mucho por mantener a su perra, Nala, fuera de problemas.