¿Por qué te abates, alma mía, y te turbas dentro de mí? ¡Espera en Dios, porque aún he de alabarlo, ¡salvación mía, y Dios mío!
Salmo 42:5, RV95
«¿DÓNDE ESTÁN ELLOS AHORA?» ESTE FUE EL TÍTULO DE UN ESTUDIO que acompañó durante más de 30 años a 515 personas a quienes se las detuvo en su intento de suicidio en el puente Golden Gate (en San Francisco, California, EE. UU.). Habla de este tema con alguien en quien confíes.
Habla sobre tus sentimientos, saca las dudas que tengas sobre el tema y ora por las personas que están tristes y sin esperanza. Los investigadores observaron que aproximadamente el 90% de estas personas estaban vivas o murieron de causas naturales.
Esto demuestra que, la mayoría de las veces, la pérdida del deseo de vivir puede ser solo momentánea, como resultado de una profunda crisis, pero que en realidad puede ser evitada o puede pasar y nunca más volver a presentarse en la vida.
El Salmo 42 revela el dolor y la angustia que sentía David. Pero en medio de su tristeza, él mostró esperanza. Vuelve a leer el versículo de hoy. ¿Te das cuenta? David creía que el mismo Dios que lo había librado en otros momentos de crisis no lo abandonaría esta vez.
Todos pasamos por situaciones difíciles. Es posible que estés afrontando muchos problemas. Lamentablemente, no es posible garantizarte que esta será tu última dificultad. Sin embargo, puedes estar seguro de una cosa:
Dios nunca nos abandona. Tus padres pueden fallar, tus amigos y hermanos se pueden cansar, pero Dios nunca está demasiado ocupado o cansado como para no venir a confortarnos.
CONFÍA EN DIOS. ¡ÉL TE AMA!
