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Fuga equivocada

Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.

2 Timoteo 1:7, RV95.

¿HAS OÍDO HABLAR ALGUNA VEZ DE LA AUTOMUTILACIÓN? ES LA lamentable práctica de dañarse el propio cuerpo. ¡Cuidado con las bromas e incluso con algunas páginas web que incitan a ello! En los últimos años, casi la mitad de los adolescentes de Estados Unidos han practicado alguna forma de autolesión, que incluye: cortarse, quemarse, golpear objetos para provocarse dolor, romperse huesos o interferir en la cicatrización de las heridas. ¡Todo esto es muy grave, terrible y peligroso! La automutilación suele practicarse cuando alguien está muy angustiado o deprimido. Sin embargo, si se inicia, puede convertirse en una adicción.

Por eso es importante rechazar cualquier estímulo a esta práctica y buscar ayuda antes de que se convierta en un hábito.

La rabia, la vergüenza, la ansiedad, la tristeza y la decepción son sentimientos comunes en esta tierra. Cuando sientas algo así, es importante recordar siempre que Dios puede ayudarnos a lidiar con nuestras frustraciones y darnos la fuerza para rechazar cualquier cosa que pueda perjudicarnos. ¿Tienes un problema grave? ¿Conoces a alguien que necesita ayuda? Busca el apoyo de profesionales y de personas de tu confianza.

No olvides que Dios está siempre dispuesto a ayudarte. ¡Ve al pie de la cruz! Allí, las gotas de la sangre de Cristo revelan el precio pagado por las tuyas. No te olvides de este sacrificio. ¡Pídele a Dios poder, amor y equilibrio para superar todos los dolores de esta vida!

- Mayara Lustosa es científica. Estudió biología e hizo una maestría y un doctorado en biología celular en la Universidad Estadual de Campinas (Unicamp) en São Paulo, Brasil. Está trabajando en su beca postdoctoral en la Universidad de Valencia en Valencia, España. Ser científica siempre ha sido su sueño. La Dra. Lustosa está casada con Rodrigo Barbosa y comparten un hijo, Benicio.

- Rodrigo Barbosa tiene una maestría en emprendimiento y está trabajando en un doctorado. en la Universidad Politécnica de Valencia en Valencia, España. Le encanta ser investigador y cree que la verdadera ciencia nos acerca a Dios y revela su cuidadosa planificación al crear y mantener su hermosa creación. Rodrigo está casado con Mayara Lustosa y comparten un hijo, Benicio.