El hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir.
Mateo 20: 28
CUANDO JESÚS VIVIÓ AQUÍ EN LA TIERRA, no había carreteras, ni medios de transporte como los carros, Solo había camino lleno de polvo, tierra y lodo. Las personas caminaban por ellos con sandalias, los únicos zapatos de aquella época.
Por lo tanto, era costumbre que, cuando alguien llegaba a visitar una casa, el dueño del hogar, enviaba a su siervo a lavarle los pies, pues se encontraban sucios.
Un día Jesús cenó con sus amigos y después de comer, lavó los pies de cada uno. Ellos se asombraron por la acción, pues él no era un siervo, era el hijo de Dios. Sin embargo, Jesús quería enseñarles que, el gozo de vivir, está en servir a los demás con amor y humildad.
Dios desea que seas un niño servicial en tu hogar, en tu iglesia y en tu escuela.
Actividad: Junto con tu familia, dramatiza la historia de hoy.
Oración: Querido Padre, ayúdame a servir con amor, como lo hiciste tú.