El Hijo del hombre tiene autoridad sobre el sábado.
Lucas 6: 5
Lisa y su familia eran misioneros en Saipán, una pequeña isla del océano Pacífico. Como el de la mayoría de la gente, su horario semanal era bastante fijo. De lunes a viernes salían pronto por las mañanas para ir a la escuela, los sábados iban por la mañana a la iglesia y los domingos se quedaban durmiendo un poco más.
Lisa tenía un perro muy especial llamado Spot que parecía ser capaz de leer el calendario. Todas las mañanas, de lunes a viernes, Spot se colocaba ansioso en la parte trasera del maletero, bailando y ladrando, suplicando subir al automóvil para llevar a los niños a la escuela.
Pero el sábado por la mañana, cuando la familia salía por la puerta lista para ir a la iglesia, Spot no estaba en la parte trasera del automóvil. En su lugar, estaba perezosamente acurrucado en su cama para perros. Parecía saber que era sábado, su día de descanso, y no un día para ir en el auto.
Independientemente de lo que hagamos el sábado, todo el mundo está de acuerdo en que el sábado es un día especial, un día en el que las cosas son diferentes a los demás días de la semana. Es un día en el que dejamos a un lado nuestras preocupaciones laborales y escolares, y nos centramos en las cosas que Jesús ha hecho por nosotros y quiere hacer por nosotros en el futuro. Hasta Spot parecía entenderlo.
Algunas personas encuentran aburrido el sábado. Como no hacen sus actividades normales, se aburren. Si eres una de esas personas, tengo una sugerencia, habla con tus padres sobre lo que van a hacer el próximo sábado.
A ver si puedes ayudarles a planear un día divertido. Quizá podrían preparar un pícnic o realizar una excursión a un lago o al mar, o quizá simplemente hacer juegos bíblicos alrededor de la mesa de la cocina. Sea cual sea el plan, recuerda que el sábado es un regalo de Jesús, un día especial para estar con él.
Joelle.
