Mientras él me dé fuerza para respirar.
Job 27:3
EL SISTEMA RESPIRATORIO es el encargado de realizar dos funciones importantes: inhalar el oxígeno, inspiración; y expulsar el aire, espiración. Ambos componen tu respiración. Dios creó las vías respiratorias y los pulmones para realizar estas tareas.
El aire entra por las fosas nasales, los pequeños agujeros de tu nariz. Dentro de ella hay pleitos que filtran el aire para que pueda pasar y bajar limpio por las vías respiratorias: la laringe, la tráquea y los bronquios, que son como tubos conectados. Los bronquios, ya dentro de los pulmones, se dividen en tubos más estrechos, los que se llaman alveolos. Es ahí donde se produce el intercambio gaseoso.
El oxígeno va a la sangre, y lo que sobra del aire, el dióxido de carbono, regresa por las mismas vías del sistema respira torio, siendo expulsado por el lugar donde entró, tus fosas nasales.
Actividad: Inhala y exhala con tu nariz. Siente como el aire que entra, baja a tus pulmones.
Oración: Querido Padre, gracias por mi sistema respiratorio.
