Den gracias a Dios por todo.
1 Tesalonicenses 5: 18
¿Te has preguntado alguna vez por qué el cielo es azul? ¿Por qué no es morado, amarillo o verde? Mucha gente se lo ha preguntado durante mucho tiempo. Ahora los científicos saben que toda la luz se compone de siete colores diferentes: rojo, naranja, amarillo, verde, azul, índigo y violeta. (A veces, se pueden ver la mayoría o todos estos colores en un arco iris).
Durante el día, la atmósfera terrestre dispersa todos los colores, excepto el azul, de modo que ese es el color que nos parece que tiene el cielo. Por eso, las puestas de sol son rojas o naranjas: la atmósfera dispersa todos los colores, menos los rojos y naranjas.
La diferencia radica en el espesor de la atmósfera y en la dirección en la que viene la luz. Durante el día, la luz procede casi directamente de arriba. A primera hora de la mañana o al atardecer, cuando sale o se pone el sol, la luz viene de los lados. Los distintos ángulos hacen que veamos colores diferentes.
La vida también es así. La forma en que miras las cosas determina lo que ves. Si buscas problemas, probablemente los encontrarás. Pero si miras el lado positivo, con la ayuda de Jesús, siempre puedes encontrar algo hermoso en tu vida por lo que estar agradecido.
Vicki.