Categories

Archivos

¡Qué vergüenza!

No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para que todos los que creen alcancen la salvación, los judíos en primer lugar, pero también los que no lo son.

Romanos 1:16

EN 2010, UN EQUIPO DE PSICÓLOGOS ANALIZÓ la vergüenza en más de 2,600 voluntarios de entre 13 y 89 años.

Como resultado, descubrieron que los adolescentes sienten vergüenza con más intensidad que los adultos, y también son más susceptibles a los efectos negativos de la vergüenza, como la baja autoestima y la depresión.

Es natural que los adolescentes quieran adaptarse a la norma de su grupo y que afronten las expectativas externas con más miedo e incertidumbre que mayores, sin embargo, esto no puede ser tan fuerte como para obstaculizar la fe y el testimonio.

Daniel, Ester, David y José eran jóvenes cuando su fe fue puesta a prueba frente a muchas personas; sin embargo, no se avergonzaron, se mantuvieron firmes, testificaron poderosamente e incluso arriesgaron sus vidas.

¿Cómo lograron mantenerse firmes siendo tan jóvenes? Porque no se avergonzaron y estaban convencidos de que, aunque tenían una creencia poco común, esta era capaz de salvar a quienes la conociesen.

Solo podemos sentir vergüenza si nos importa más lo que los demás piensen de nosotros que lo que Dios piense.

En Marcos 8: 38, Cristo mismo afirma que si alguien se avergüenza de sus palabras, él también se avergonzará de esa persona cuando regrese a la tierra. ¿Conoces el verdadero poder del evangelio? Entonces NO TE AVERGÜENCES DE LAS PALABRAS DE CRISTO.

COMPARTE LAS BUENAS NUEVAS DE LA SALVACIÓN SIEMPRE QUE TENGAS LA OPORTUNIDAD

- Mayara Lustosa es científica. Estudió biología e hizo una maestría y un doctorado en biología celular en la Universidad Estadual de Campinas (Unicamp) en São Paulo, Brasil. Está trabajando en su beca postdoctoral en la Universidad de Valencia en Valencia, España. Ser científica siempre ha sido su sueño. La Dra. Lustosa está casada con Rodrigo Barbosa y comparten un hijo, Benicio.

- Rodrigo Barbosa tiene una maestría en emprendimiento y está trabajando en un doctorado. en la Universidad Politécnica de Valencia en Valencia, España. Le encanta ser investigador y cree que la verdadera ciencia nos acerca a Dios y revela su cuidadosa planificación al crear y mantener su hermosa creación. Rodrigo está casado con Mayara Lustosa y comparten un hijo, Benicio.