Señor, ponle a mi boca un guardián.
Salmo 141: 3
Las salamandras de boca pequeña se parecen mucho a la corteza moteada de los árboles, por lo que son muy difíciles de ver en los bosques donde a veces viven. Como probablemente adivinarás por su nombre, la cabeza y la boca de esta salamandra son diminutas. Las hembras pueden poner hasta 700 huevos a la vez en el agua y siempre los adhieren a palos, hierba o rocas bajo el agua. Cuando eclosionan, las crías solo miden unos dos centímetros.
A diferencia de otras salamandras, las de boca pequeña no muerden para protegerse. En lugar de eso, levantan la cola como una bandera y la agitan de un lado a otro. Son tímidas y sensibles, y no les gusta que las molesten.
Nosotros hemos de aprender a tener la boca pequeña, es decir, debemos saber cerrar la boca a tiempo, y tener cuidado con lo que decimos y cómo actuamos.
¿Qué mensaje estás enviando con tu boca? Jesús te puede ayudar a controlar lo que dices y cómo lo dices, solo tienes que pedírselo.
Vicki.