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¿Sabes qué ave soy?

Matinal para Menores 2024

A todo puedo hacerle frente, gracias a Cristo que me fortalece.

Filipenses 4: 13

¿Cuál es tu ave favorita? A mí me encanta el ave del que vamos a hablar hoy, Lee las siguientes pistas a ver si lo descubres.

Aunque soy un ave, no puedo volar.

La mayor parte de mi familia vive a lo largo de la costa de la Antártida y el Océano Antártico, pero algunos viven más al norte.

Puedo pesar entre 1 y 40 kilos, dependiendo de la especie.

Tengo los pies bastante retrasados, por eso camino dando saltitos o contoneándome torpemente. A veces, para ir más rápido, me deslizo sobre el vientre como un trineo.

No puedo plegar las alas como la mayoría de las aves, así que siempre las tengo a los lados.

Puedo pasar semanas, a veces incluso meses, sin comer.

Respuesta: ¡Soy un pingüino! En tierra soy muy torpe, pero en el agua soy un nadador rápido y elegante. Que no se me dé bien estar en tierra no significa que no sea bueno, sino que Jesús me hizo diferente de las demás aves, y no me importa. Me hizo especial y puedo hacer cosas que la mayoría de las aves no pueden.

Si hay cosas en las que no eres bueno, no te preocupes: ¡Jesús también te ha hecho especial! Piensa en las cosas que puedes hacer bien hoy y, aunque debes dar lo mejor de ti en todo, ¡sé cómo el pingüino y haz aquello para lo que Jesús te creó!

Vicki.

- Vicki Redden se graduó en 1996 de la Universidad Adventista del Sur. Ella y su esposo, Ron, ambos niños en el fondo, tienen 11 sobrinos y sobrinas (¡al último recuento!) y dos perros: Molly y Alix. Ella está atenta a los héroes de Dios desde su hogar en Maryland.

- Dee Litten Reed creció en una granja en Virginia, rodeada de los animales de granja habituales, así como de algunas criaturas salvajes que rescató. Le encanta visitar zoológicos y acuarios con su nieto, Tommy, y observar ballenas navegar por la costa de Ventura, California.

- Joelle Reed Yamada se tomó un año libre de dar clases de religión en la escuela secundaria para viajar sola por el mundo. Ella y su marido, Brent, viven en una granja lechera en Inglaterra, donde ella enseña psicología y está aprendiendo todo sobre cómo ser una granjera inglesa. Se esfuerza mucho por mantener a su perra, Nala, fuera de problemas.