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El regalo del agua

Junto al camino, el rey apagará su sed con el agua de un arroyo, y así recobrará las fuerzas.

Salmo 110: 7

Anteriormente, leímos sobre las nubes, que se llenan de gotas de agua. También hablamos sobre la lluvia, que es el agua que baja desde las nubes. También regamos una planta con agua para que esté bien. ¿Lo recuerdas? El agua es un regalo de Dios para los seres vivos. Al igual que el aire, el agua no tiene color, no tiene forma, no tiene sabor ni tiene olor. Tendrá color, sabor y olor solo si le agregamos algo, como un limón.

¿Recuerdas que el aire toma forma dentro de un globo? Así también es el agua: tomará la forma del recipiente donde la colocamos. Y tristemente, al igual que el aire, el agua se contamina cuando recibe otros líquidos o elementos que son dañinos para los seres vivos. Eso se llama aguas contaminadas, y no podemos beber de ellas. Imagina tener mucha sed y que necesites un vaso de agua fresca, pero el agua esté contaminada. ¡Eso sería muy malo!

El agua es necesaria para vivir. Tu cuerpo necesita todos los días más de ocho vasos diarios de agua, por esto debes cuidar el agua y no desperdiciarla. Otras personas, animales y plantas también la necesitan. Cuando lavas las frutas debes hacerlo en un recipiente. Con esa agua del recipiente puedes regar las plantas.

Ahora beberemos un vaso de agua fresca, que es un regalo de Dios, y pensaremos en formas de ahorrar el agua en nuestro hogar.

Observa la creación

Palabra clave Sed. Es cuando sientes seca la boca y la parte interior de la garganta, y deseas beber. Versículo

Actividad: Beber agua,

Oración: Querido Jesús, gracias por el agua que calma nuestra sed. Amén.