Dios está rodeado de luz, y con ella cubre el fondo del mar.
Job 36: 30
Si tuvieras que esconder algo donde nadie lo pueda encontrar. ¿en qué lugar le esconderías? ¡Oh! Parece un buen escondite.
El mejor escondite del mundo es el fondo del mar. ¿Sabes por qué? Porque no es posible para el ser humano bajar hasta allá, debido a que el agua pesa muchísimo y colocaría demasiada presión sobre el cuerpo, hasta hacerlo explotar.
Ven, comprobemos cuánto puede pesar el agua. ¿Puedes levantar este vaso de agua? Muy bien. Pero ¿cuánta fuerza necesito para levantar este cubo de agua? Intentaré levantarlo. ¡Necesito mucha fuerza! Ahora quiero que imagines millones y millones de cubos de agua. ¡El peso sería enorme! Por esa razón, una persona no puede descender al fondo del mar.
Pensar en el fondo del mar nos recuerda el mensaje que se encuentra en Miqueas 7: 18-20, en la Biblia. «No hay otro Dios como tú. […] Tú perdonas nuestra maldad y olvidas nuestro pecado. Tan grande es tu amor por nosotros que tu enojo no dura para siempre. ¡Vuelve a compadecerte de nosotros, y arroja todos nuestros pecados a lo más profundo del mar!».
Cuando eres perdonado, tu pecado es enviado a un lugar de donde nadie lo podría sacar. Eso significa que es borrado. Dios olvida ese pecado. Y Jesús te acompaña para que no vuelvas a desobedecer. La obediencia trae bendición y paz.
Observa la creación
Palabra clave Descender. Es bajar de donde estás.
Materiales: Un vaso y un cubo, ambos llenos de agua.
Oración: Padre Dios, gracias porque, Jesús me perdona y me acepta. Amén.