En esta vida todo tiene su momento; hay un tiempo para todo.
Eclesiastés 3: 1
A partir de la Creación, conocemos el tiempo. Todo se cuenta desde ese momento. La tierra ya tiene más de seis mil años desde esa primera semana. Y aún no sabemos cuánto tiempo falta para el fin de todas las cosas. Es decir, para venida de Jesús.
Hace seis mil años no existía el reloj, pero Dios tenía la forma de medir el tiempo. La posición del sol indicaba las horas desde el inicio (la puesta de sol) hasta la siguiente puesta de sol. Esto mostraba las horas desde la una hasta la veinticuatro. Observa esto en esta imagen de husos horarios.
Aunque parece que el sol hace un recorrido, en realidad es la tierra la que gira para dar una vuelta completa alrededor de sí misma, en veinticuatro horas. Es decir, que el sol se mantiene siempre en su lugar. Y ya que estamos hablando del tiempo, es importante que sepas que el tiempo es uno de los recursos que Dios ha puesto en tus manos para que lo utilices con sabiduría.
El versículo de hoy dice que todo tiene su tiempo. Puedes dividir el tiempo en las distintas actividades que realizas en el día: tiempo para pasar con Jesús, tiempo para compartir en familia, tiempo para asearte, tiempo para hacer tareas, tiempo para jugar, tiempo para descansar…
¿Qué otras actividades haces con tu tiempo?
Observa la creación
Palabra clave Reloj. Es un aparato que te ayuda a saber la hora.
Actividad: Ver una imagen de los husos horarios.
Oración.: Padre Dios, gracias por el tiempo que me das. Ayúdame a usarlo bien. Amén.