Tendrás gran gozo y alegría, y muchos se alegrarán de su nacimiento.
Lucas 1:14.
La emoción más grande que puede tener una familia es la llegada de un bebe. Cuando tu familia te vio por primera, sintió mucho amor. Al mirar tus ojitos, sintieron una emoción inmensa. Quién sabe si no se largaron a llorar o sintieron ganas de cantar una canción.
Sé de familias que no podían dormir, incluso cuando el bebecito dormía tranquilo en su cuna. Querían quedarse mirando a ese ser tan pequeño y especial.
Ciertamente, María y José sintieron esa felicidad al observar a Jesús la noche de su nacimiento. Era el pequeño milagro de la vida, allí, en el pesebre, durmiendo quietito. Zacarías, el padre de Juan el Bautista, también se sintió emocionado cuando supo, por medio de un ángel, que tendría un hijito.
¡El corazón se llena de gratitud a Dios por la vida! Y durante los años que vendrán en la historia de un bebé, aparecerán muchos sentimientos y emociones más. Es necesario aprender cada día que Dios puso la emoción en nosotros para que seamos de bendición y sintamos la vida plenamente.
Mi oración: Papá que estás en los cielos, que hoy pueda usar mis emociones para ser una bendición para los demás y parecerme más a Jesús.
Cuéntale a tu familia en qué momentos sentiste:
(A) felicidad (B) tristeza (C) miedo
Emoción: La manera en que te sientes en determinada situación; puede ser triste, feliz, enojado, valiente, con miedo, etc. Cada persona siente distintas emociones a lo largo de su vida.