¡Esta es su casa, y estoy para servirles!
Génesis 18: 5
Un día, Dios y dos ángeles fueron a donde vivía Abraham. Hacía calor, y Abrahán los vio a los tres, que se acercaban a su tienda.
En ese tiempo, las personas caminaban de un lugar a otro con comida y agua. Durante muchos días caminaban hasta llegar al destino. Era una bendición encontrar hospitalidad en algún lugar del camino. Es decir, personas que brindaban almuerzo, agua, y permitían un poco de descanso antes de continuar el viaje.
Abraham ofreció a los tres visitantes agua para que se lavaran los pies y almuerzo. Y les dijo que descansaran debajo de un árbol. El Señor, en ese momento, parecía un hombre como los demás y también así se veían los dos ángeles.
Luego de recibir las atenciones, Dios le dijo a Abraham que en un año habría nacido Isaac, el hijo de Abraham. Un año es una vuelta completa de nuestro planeta alrededor del sol. Mientras el sol hace esa vuelta podemos sentir las estaciones: primavera, verano, otoño e invierno. Cambian de frío a calor según la tierra esté cerca o lejos del sol. Más cerca, más calor. Más lejos, hace frío.
Dios cumplió su promesa. Al año, Isaac había nacido. Así mismo Dios tiene promesas para nuestra casa. Y las cumplirá a su tiempo.
Observa la creación
Palabra clave Hospitalidad. Es atender a quienes visitan tu casa, ofreciendo lo que necesitan para estar bien.
Actividad: Orar
Oración: Padre Dios, yo creo en tus promesas y agradezco por ellas. Amén.