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El cumpleaños de Mariana

Todo lo que has hecho por mí, Señor, ¡me emociona! Canto de alegría por todo lo que has hecho.

Salmo 92:4.

La mamá de Mariana quería hacer algo simple para el cumpleaños de su hija. Invitó a una familia vecina y reservó el salón de fiestas del edificio para celebrar con ellos los siete años de Mariana.

Ese día, acomodó las mesas y adornó con globos amarillos; colocó la torta de cumpleaños y los demás dulces de la fiesta. ¡Qué sorpresa se llevó cuando se abrió la puerta del salón y varios vecinos comenzaron a entrar con regalos, sonriendo y deseando un «feliz cumpleaños» a Mariana!

-Gracias por haberme invitado -dijo Pedro, el niño que vivía en el octavo piso.

-¡Felicitaciones, Mariana! -dijo la pequeña Julia, y salió corriendo para agarrar un globo.

Mariana, en su simplicidad infantil, ¡había llamado a casi todos los vecinos! La mamá se empezó a preocupar. El plan era que fuera un festejo muy sencillo. Las personas se dieron cuenta. Primero, se avergonzaron un poco por no haber confirmado con la mamá, pero pronto trajeron panes, frutas y jugo.

Aun sin planificación, la fiesta fue un éxito, porque había lo más importante: unidad, ayuda y amistad. Los niños corrieron toda la tarde. Solo se detuvieron para observar la puesta del sol, que fue amarilla como los globos de la fiesta de Mariana.

Mi oración: Señor, ayúdame a valorar los momentos simples de la vida y a ser un niño simple.

Espontaneidad: Algo que se hace de repente, simple, original y sin rodeos.