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Yo puedo consolar

Jesús se puso a llorar.

Juan 11: 35

La historia de Lázaro tuvo un final feliz y sabemos que la promesa de Jesús es cierta. Todos los perdonados que murieron están dormidos hasta que Jesús los despierte de la muerte, como lo hizo con Lázaro.

Pero esas personas que están dormidas tienen familiares que los extrañan y sienten tristeza por mucho tiempo, porque amaban a esas personas que ya no están y no regresarán. En esos momentos necesitan que los que los rodean y los aman vayan a acompañarlos y les recuerden promesa de Jesús de dar vida en el día final.

Cuando Lázaro murió, Marta y María no estaban solas. Muchas personas fueron a estar con ellas para consolarlas. Para dar consuelo, la persona debe sentir empatía. ¿Te acuerdas de esa palabra? Exacto: tener empatía es pensar en lo que le está ocurriendo a esa persona que le hace estar triste, como si te hubiera pasado a ti. Eso te ayuda a tratarla como quisieras que te trataran a ti.

El consuelo viene del Padre Dios, que siempre se preocupa por lo que entristece a sus hijos. Cuando sientes que debes consolar a una persona, es Dios quien te pide hacerlo. Así también cuando recibes apoyo y consuelo de alguien, es Dios quien está llevando a otros hasta ti, para que sientas lo mucho que se preocupa por tu tristeza.

Ahora llamemos a ———— para consolarle y orar por él/ella.

Los que te rodean

Palabra clave Consuelo. Es sentir un descanso de la tristeza por recibir una acción positiva.

Actividad: Hacer una llamada.

Oración: Padre Dios, gracias porque el consuelo viene de ti. Amén.