Por último, todos deben ser de un mismo parecer. Tengan compasión unos de otros. Ámense como hermanos y hermanas. Sean de buen corazón y mantengan una actitud humilde.
1 Pedro 3:8.
¿Recuerdas el sonido de niños jugando en un patio? Pasos acelerados en el pasto, risas, charlas y algunas peleas a veces.
Giovanna estaba aprovechando al máximo esa tarde de verano, tanto que ni siquiera prestó atención a los juguetes desparramados y se lastimó un dedo de la mano.
La mamá se acercó rápido con una curita de colores para la niña. Su hermano Gabriel, al ver las lágrimas, trajo un vaso de agua y una tarjeta llena de amor:
Aquella tarde, al ver de lejos el abrazo de los hermanos, recordé un cartel que leí en un restaurante: «La gentileza genera gentileza». ¡Ojalá seamos gentiles no solo con nuestras palabras, sino con nuestras actitudes!
Mi oración: Querido Dios, ayúdame a ser gentil y amable como Jesús cuando estuvo en la Tierra.
Si tienes hermanos, aprovecha el día para darles un abrazo fuerte y decirles cuánto los amas (también puedes hacerles una videollamada, en el caso de que estén lejos).
Querida Giovanna: Eres la mejor hermana que alguien puede tener. Vas a estar bien. Un abrazo, Gabriel.
Gentileza: Acción llena de amor, como cuando la mamá prepara una merienda sabrosa o cuando un compañero te ayuda en alguna tarea.