¡Eres el Dios de grandes maravillas! Demuestras tu asombroso poder entre las naciones.
Salmo 77:14.
No importan dónde estuvieran, Jesús siempre estaba rodeado de gente. eran madres, niños, abuelos, padres, tíos… diferentes personas con necesidades y sueños, y que deseaban ser curados y recibir enseñanzas para la vida.
Un día, camino a Jerusalén, Jesús encontró a diez personas. Ellos tenían una enfermedad contagiosa de la piel (lepra) y por eso no podían vivir con sus familias. Ellos vieron a Jesús y comenzaron a gritar por ayuda.
Jesús los miró con amor y dio una orden:
-¡Entren a la ciudad y vayan a ver a los líderes!
Al cumplir lo que Jesús ordenó, notaron rápidamente que estaban curados. Su piel estaba limpia y sin marcas de aquella enfermedad. ¡Era un milagro! ¡Claro que se pusieron felices! Pero la Biblia cuenta que solo uno de ellos regresó para agradecer.
Jesús apreció el gesto de gratitud de ese hombre, pero observó cómo los otros nueve no demostraron la misma gratitud. El Maestro nos enseña cuán agradecidos necesitamos ser a Dios y a las personas que nos cuidan. ¿Ya le agradeciste a tu familia hoy por lo que hace por ti?
Mi oración: Señor, te estoy agradecido porque mi familia, que me ama tanto y me cuida.
Conversa con tu familia acerca de cómo pueden demostrar gratitud por las bendiciones del Señor.
Gratitud: Acción de reconocer la ayuda recibida con un «muchas gracias»; palabras y actitudes amables.