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Guía de viaje

Sustenta mis pasos en tus caminos, para que mis pies no resbalen.

Salmo 17:5, JBS.

La familia de Daniel organizó todo el viaje de vacaciones. Conocerían otro país y otra cultura por primera vez, y por eso contrataron un guía turístico. El destino: Venecia, en Italia.

Caminando por los callejones de piedra de la ciudad, conociendo muchos museos y restaurantes en los lugares menos esperados, comprendieron que fue excelente tener un guía. Sin el guía, seguro se hubieran perdido durante los paseos por la ciudad.

Todos nosotros, adultos y niños, estamos siguiendo un camino hacia una ciudad muy especial: la Canaán celestial. ¡Menos mal que tenemos un Guía, a Jesús, para enseñarnos a llegar a nuestro destino! Él nos enseña que debemos amar a Dios y también a las personas; tener un corazón bondadoso; compartir palabras amables y sinceras y realizar acciones de solidaridad y fe. Jesús es nuestro guía hacia el cielo. Mi oración: Señor, te agradezco porque no estamos desamparados en este mundo. Tenemos un Guía que nos ama.

Anoten en papeles momentos de la vida en los que el Guía Jesús estuvo con tu familia. Colóquenlos en el «frasco de la gratitud».

Guía: Responsable por orientar; decir hacia donde se debe ir en un lugar desconocido.