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Creer para vivir

Pero estas se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que al creer en su nombre tengan vida.

Juan 20:31

Esta vida, a la que a veces miramos como un perfil de Instagram lleno de momentos filtrados, tiene otra cara: una más cruda, pero también más real. Es en esa realidad donde se forjan nuestras creencias y donde la fe en Jesús se convierte en nuestra ancla.

Creer en Jesús no es darle un like [me gusta] a una idea bonita. Es mucho más. Es entregarle tu corazón y dejar que él sea el guía en tu viaje. Es encontrar sentido en los días grises y luz en las noches más oscuras. Es saber que, aunque el mundo a veces parezca un rompecabezas desordenado, hay un Artista que ve la imagen completa.

Pero, ¿cómo se siente realmente creer? Es como la risa espontánea en medio de un llanto, como el abrazo que rompe todas las barreras del miedo. Creer es esa fuerza invisible que te ayuda a levantarte después de caer, que te susurra al oído que hay esperanza cuando todo lo demás grita lo contrario.

Tu fe es un fuego que puede iluminar tu camino y también el de otros. Cuando crees, te conviertes en un reflejo del amor de Cristo, en un testimonio viviente de su gracia. Esa fe es la que te da vida: una vida plena y auténtica, que no se mide en años, sino en momentos de amor compartido y verdades vividas.

Hoy, te animo a creer de verdad; no solo con la mente, sino con todo tu ser. Deja que esa creencia te transforme y te lleve a vivir de una manera que inspire a otros. Cuando crees, no solo encuentras vida, ¡también la das! La fe en Jesús es el puente entre lo que eres y lo que estás destinado a ser. Y en su nombre no solo existe la promesa de una vida futura, sino la certeza de una vida llena ahora.

Así que, joven, te desafío: sumérgete en la fe, deja que ella sea tu brújula y tu ancla. En la fe encontrarás la mayor aventura, una vida vibrante y una paz que sobrepasa todo entendimiento. Vive cada día con la convicción de que, en el nombre de Jesús, no hay tormenta que no puedas enfrentar, ni sueño que no puedas alcanzar.

Oración: Señor, infunde en mí la fe que trasciende el conocimiento y me lleva a experimentar tu amor y tu vida. Ayúdame a creer en ti.