Hagamos a los seres humanos a nuestra imagen, para que sean como nosotros.
Génesis 1:26
Fui maestra de gemelos y, a mis ojos, eran idénticos. La mamá de ellos, sin embargo, sabía exactamente quién era quién. Mientras yo y toda la escuela confundíamos sus nombres, ella reconocía a sus hijos como nadie y me mostraba las diferencias que había entre ellos. Tenían gustos, personalidades, estilos propios y características físicas que, sin una mirada atenta, era imposible notar.
Dios nos hizo únicos. Aunque tengas un hermano gemelo, eres una persona única, con creatividad e inteligencia propias.
Al mismo tiempo, hay algo importante que necesita unirnos a todos: el amor al Señor y a la humanidad. Que seamos idénticos en respeto y cuidado los unos por los otros.
Mi oración: Papá que estás en los cielos, que mi identidad esté marcada por el amor.
Escriban en papeles distintas situaciones para que la familia sea cada día más semejante a Jesús. Planifiquen realizar esas actividades durante la semana. No se olviden de ponerlos en el frasco de la gratitud.
Lo hicimos el 1° de enero, ¿te acuerdas?
Idéntico: Igualito, como personas gemelas o cuando un compañero dice que eres igual a tu mamá o a tu papá.