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Las ventajas de ser inusual

Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón. Y la paz que yo doy es un regalo, el mundo no puede dar. Así que no se angustien ni tengan miedo.

Juan 14:27.

Desde la infancia, Jesús se destacó por su bondad y sabiduría. En aquella época, había muchos maestros: hombres que se dedicaban a estudiar la Palabra de Dios, escrita en pergaminos, y aconsejar a las personas.

Jesús se convirtió en el Maestro. Las personas venían de lejos para escucharlo, hablar de amor, de vida feliz, de esperanza. Se juntaban multitudes para aprender de él. Jesús no solo predicaba; también sanaba a las personas, daba consejos, y alimentaba.

Los otros maestros eran personas estudiosas; algunos eran sabios y otros eran líderes. Pero Jesús era diferente a esos hombres. Mientras esos líderes hablaban de «separación entre las personas», Jesús hablaba de unidad, de perdonar los errores, de visitar a los enfermos y a los presos, de ayudar a quien lo necesita.

Nosotros también podemos ser «inusuales», así como lo fue Jesús. ¿Y cómo podemos hacerlo? Siendo simples, felices y sinceros; no jugando solo con un compañerito, sino siendo amigos de todos. ¡Pero amigo de verdad!

Mi oración: Papá que estás en los cielos, quiero ser inusual para este mundo y cada día más parecido a Jesús.

Con tu familia, anoten ideas de cómo podemos ser más semejantes a Jesús.

Inusual: Algo diferente, innovador, que no es parecido a los demás, y por eso llama la atención de todos.