Era el mes de junio del año 2015 cuando recibí un mensaje de lo más inusual. Decía así: —Hola, profe,
«Y nos enseña que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y
«No os ha sobrevenido ninguna prueba que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser probados
«Cualquiera que beba de esta agua volverá a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré
«Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra
«Vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados» Gálatas 5:13 Una de las cargas más pesadas de toda adicción es el síndrome