Como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre y de paciencia.
El amor del Señor no tiene fin, ni se han agotado sus bondades. Lamentaciones 3:22 Mucha gente huye del libro
Pero Dios tenía compasión, perdonaba su maldad y no los destruía; muchas veces hizo a un lado el enojo y
Aunque el Señor puso a los israelitas en aprietos, también hizo surgir caudillos que los libraran de quienes los despojaban.
Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios
Bienaventurados los misericordiosos, porque alcanzarán misericordia. Mateo 5:7 Cuenta Cervantes que Sancho, Sansón Carrasco y don Quijote sostenían una conversación