Fue entonces Ananías, y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: «Hermano Saulo, el Señor Jesús,
Tus ojos son la lámpara del cuerpo; si tus ojos son buenos, todo tu cuerpo tendrá luz; pero si son
El Dios de Moisés está listo para transformar a quien esté dispuesto a detenerse ante una zarza, acercarse e ir