“Ábreme los ojos para que contemple …” (Sal. 119:18).
Hacía cinco minutos que había comenzado mi presentación cuando noté que una mujer entraba y se sentaba en el último asiento disponible de la primera fila. De reojo observé la intensidad de su mirada. Al finalizar el seminario, se me acercó.
-Mi nombre es Maya -me dijo-. Hace dos horas no había escuchado sobre usted. y estaba casi lista para tomar una sobredosis de estas…
Me mostró una botella grande llena de pastillas.
-Pero tuve la fuerte impresión de que debía navegar en Internet una última vez -continuó-. y a los pocos segundos descubrí por casualidad su sitio web y leí que estaría hablando en esta universidad muy cerca de mi casa.
Maya arrojó la botella en un tacho de basura cercano y agregó:
-Tú haces milagros. ¡Salvaste mi vida!
-Quizá sea un instrumento -respondí-. Porque Dios es quien obra los milagros.
¿Quién piensas que te impresionó a entrar en Internet? ¿Quién te llevó hasta mi sitio web? ¿Quién te motivó a asistir al seminario …? ¡y a tirar las pastillas a la basura!
El atisbo de una sonrisa surcó el rostro de Maya.
Mientras hablábamos sobre el rol de la Providencia en nuestra vida, una consejera a quien había conocido ese día se unió a la conversación. A los pocos minutos. era evidente que ambas mujeres estaban en sintonía. Genial. pensé al verlas alejarse juntas. intercambiando información para contactarse luego. El segundo milagro. ¡Gracias!
Mientras manejaba hacia el hotel pensé en las maneras en que Dios contesta oraciones; incluso las que todavía no fueron pronunciadas. Muchas veces la respuesta aparece como una impresión para hacer determinada cosa o cuando un individuo con información vital se cruza en nuestro camino. Algunas veces. he reconocido esas oportunidades y he tomado ese camino; otras veces no actué. Y algunas otras lastimosamente ni las percibí porque no entendí que eran respuestas a mis oraciones.
Al comenzar un nuevo año, abramos nuestros ojos para ver las oportunidades que Dios nos presenta. Respondamos a las impresiones de Dios cuando él abre nuestras mentes. Tenemos un año entero de oportunidades para ser un instrumento de la paz de Dios. Él tiene milagros para realizar en tu vida y en la de quienes te rodean.
ARLENE R. TAYLOR
Lecturas devocionales para mujeres 2018
Bendecida – Ardis Dick Stenbakken
