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Oración por juicio

Lecturas devocionales para Adultos 2019

Júzgame, oh Jehová, porque yo en mi integridad he andado.

Salmo 26:1.

No muchos podemos decir lo mismo que David le dijo a Dios. Hay que ser valiente para orar de este modo. O estar muy enajenado. Cuando leí esta oración, me pregunté: ¿Cómo es posible que el poeta hable de integridad? Tenemos la historia de David ya escrita, en nuestras manos. Pocos hombres cayeron tan bajo después de haber sido elevados tan alto, como lo fue David. Sin embargo, David le dice a Dios: Examina mis íntimos pensamientos y mi corazón” (Sal. 26:2).

La respuesta a nuestra pregunta la da el propio David en el versículo 3 de este salmo: “Porque tu misericordia esta delante de mis ojos».

Efectivamente, David fue un hombre de pasiones. Y se equivocó muy feo. Adulteró con Betsabé (2 Sam. 11:1-5); mató a Urías, un soldado fiel, y esposo de la amante (2 Sam. 11:6-25); y censó al pueblo contra la voluntad de Dios (2 Sam. 24:1-10). Dios no lo perdonó por ser David, de quien había dicho que era un “varón conforme a mi corazón” (Hech. 13:22). Dios lo castigó por su adulterio (2 Sam. 12:15-19), su homicidio (2 Sam. 15:10-18) y su soberbia política (2 Sam. 24:13-17). Pero, así y todo, con la misma pasión con la que hizo el mal, David buscó a Dios y se arrepintió. El verdadero arrepentimiento no es una licencia para seguir pecando, sino que produce un cambio profundo en la vida. El David que se levantó de la caída fue otro hombre.

Se levantó porque confió en la misericordia de Dios. ¡ Conocía a su Dios! Ya había disfrutado de la presencia divina en su corazón, y el Señor jamás lo había rechazado. Tampoco lo iba a rechazar en su profundo despeñadero moral. El Señor no mide la cantidad ni la calidad de nuestros pecados para recibirnos.

Aunque la vida no perdona las consecuencias de nuestros errores, Jesús nos recibe en todo momento. No seremos juzgados por un hecho equivocado, sino por la tendencia de nuestro corazón. David “bramaba” por Dios como el ciervo por las corrientes de las aguas (ver Sal. 42:1). Esa era su tendencia.

¡Que la oración diaria, sincera y profunda imprima indeleblemente las huellas de Jesús en nuestro corazón!

Oración: Ayúdame, Señor, a buscarte en oración cada día.

Lecturas Devocionales Para Adultos 2019
Las Oraciones más Poderosas de La Biblia – Ricardo Bentancur