Categories

Archivos

Muerta pero viva

Lecturas devocionales para Mujeres 2019

Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda.

Salmo 139:4.

Sola y angustiada, camina la enferma, entibiando su corazón con la última esperanza de vivir. Durante doce años ha padecido una hemorragia que consume sus energías y sus recursos hasta sumirla en la pobreza extrema. Pero desde que oyó hablar del Médico divino, la esperanza resurgió en su alma. Gastará en su búsqueda sus últimas fuerzas.

Jesús está llegando a la ciudad. No hay tiempo que perder. Y mientras Cristo camina por las atestadas calles, ella también avanza entre la muchedumbre. Cada paso le cuesta la vida; no importa, tiene un objetivo y no desistirá. Esta es su última oportunidad. De pronto, ya muy cerca del Señor, sus fuerzas se agotan, y en su desesperación y fe se lanza en dirección al Maestro, y con la punta de los dedos alcanza a rozar el manto del divino Sanador.

Ella no puede explicarlo, pero es invadida por súbita fuerza. Lo que se le ha negado por tantos años, ahora es real. Ha sanado.

Aunque carezco de habilidad para cultivarlas, me fascinan las plantas, Hace pocos años planté un árbol floral en el patio trasero de mi casa. Con el tiempo mi árbol comenzó a secarse poco a poco. Llego el otoño y lo di por muerto. Un día de invierno decidí arrancarlo y echarlo a la basura, pero algo dentro de mí hizo que lo trasplantara a otra parte del jardín. Para mi sorpresa, el árbol aún estaba vivo y año tras año nos regala sus flores.

Así sucede con nuestras vidas. Podemos parecer muertas. Sabemos que no lo estamos porque nuestro corazón sigue latiendo, pero por dentro la historia es diferente. Eventos como el fallecimiento repentino de un ser querido, un fracaso matrimonial, la pérdida súbita de todo aquello por lo que hemos luchado nos puede robar el gusto por la vida. Si ves que la vida se te escapa a causa de alguna enfermedad o algún pesar, te animo a que, como la mujer del relato, juntes las pocas fuerzas que te queden y te arrojes en los brazos del Señor. En él hay solución aun para aquello que pareciera imposible. Con él volverás él volverás a florecer. -AR