Sé que Jehová os ha dado esta tierra; porque el temor de vosotros ha caído sobre nosotros, y todos los moradores del país ya han desmayado por causa de vosotros.
Josué 2:9.
En cuanto se alejaron los emisarios reales que buscaban a los espías hebreos, Rahab subió al terrado. Mostró genuina simpatía a los espías. Aprovechó la oportunidad para ser mensajera de aliento y fortaleza para el pueblo de Dios. Sin rodeos les informó su sentir y el de sus conciudadanos:
“Sé que Jehová os ha dado esta tierra; porque el temor de vosotros ha caído sobre nosotros, y todos los moradores del país ya han desmayado por causa de vosotros. Porque hemos oído que Jehová hizo secar las aguas del Mar Rojo delante de vosotros cuando salisteis de Egipto, y lo que habéis hecho a los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán, a Sehón y a Og, a los cuales habéis destruido. Oyendo esto, ha desmayado nuestro corazón; ni ha quedado más aliento en hombre alguno por causa de vosotros, porque Jehová vuestro Dios es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra” (Josué 9:9-11).
Ella proporcionó detallada y específicamente la petición que estos emisarios israelitas debían entregar a su caudillo y al pueblo de Dios. Era un reporte que, sin duda, reanimó a los espías, y confirmó a Josué y a todo el pueblo de Israel que Jehová estaba al frente de esta conquista y de cada uno de sus detalles.
¿Reconoces el maravilloso don del habla? ¿Conoces el poder de tus palabras? “Si es posible, Satanás mantendrá la lengua activa en su servicio. Por nosotros mismos no podemos controlar a este miembro indócil. Nuestra única esperanza es la gracia divina” -—5T1, 163.
Las palabras son bendición o maldición. Una palabra a tiempo lleva ánimo y esperanza a una vida deprimida. Palabras llenas de gracia celestial pueden ser el instrumento que cancele el plan del enemigo en alguien agobiado y sin deseos de vivir. Una palabra descortés hiere, divide y enferma. Un comentario descuidado acarrea graves consecuencias. Un chisme mata la reputación de alguien. Una mentira causa grandes estragos. Ante situaciones delicadas, ¿cuál es tu mensaje? ¿Eres positiva o negativa? ¿Motivas a otros con las promesas de la Palabra de Dios? ¿Eres para tus conocidos una mensajera de aliento o una emisaria de muerte? -RL