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No desprecies la felicidad que está delante de ti

Matutinas para Jóvenes 2020

«Quien no tiene hambre, rechaza la miel; quien tiene hambre, halla dulce lo amargo»

(Proverbios 27:7)

Arthur Schopenhauer (1788-1860), el gran filósofo alemán, dijo que la manera más segura de no ser infeliz es no desear llegar a ser muy feliz y reducir drásticamente las exigencias personales en cuanto al placer, las posesiones, los reconocimientos, entre otros. Además, agregó que es precisamente la aspiración a la felicidad y la lucha por alcanzarla lo que atrae los grandes infortunios a la vida. Por otro lado, Schopenhauer comentó que no era prudente condicionar la felicidad al cumplimiento de muchos requisitos porque sería difícil de alcanzar.

Muchos jóvenes se marcan elevadas exigencias para alcanzar una supuesta felicidad. Las altas exigencias incluyen sus proyectos de pareja, estudios, trabajo, vivienda, situación económica, entre otros. Lo cierto es que son muy pocos los que alcanzan tales condiciones, ¡pero al final muchos de ellos tampoco son felices! Y resulta que hoy tenemos una enorme cantidad de personas que viven atrapadas en una asfixiante infelicidad.

Jesús indicó un principio bíblico para alcanzar la felicidad: hay que aprender a ser fieles en lo poco (Mateo 25:21). Una persona que sabe disfrutar las pequeñas cosas de la vida gozará como es debido cuando vengan las grandes recompensas. En cambio, una persona que para ser feliz pone tantos requisitos no gozará el breve paso por esta vida con la pretendida ilusión de encontrar alegría y felicidad al final de su frustrante recorrido por este mundo.

Pero no las hallará. Más bien, «es la atención concienzuda de lo que el mundo denomina ‘cosas pequeñas’ lo que hace de la vida un éxito. Los pequeños actos de bondad, las pequeñas acciones abnegadas, el hablar palabras sencillas, útiles, la vigilancia contra los pequeños pecados, todo esto es cristianismo. El reconocimiento agradecido de las bendiciones diarias, un aprovechamiento sabio de las oportunidades cotidianas, el cultivo diligente de los talentos confiados, esto es lo que el Maestro espera» (Mensajes para los jóvenes, p. 141).

Es probable que la persona que tú desprecias aporte una gran felicidad a otra persona con menos exigencias. Tal vez, cuentas con ventajas que ni siquiera valoras, ni te pones a pensar que hay miles de jóvenes que se sentirían dichosos de tenerlas. ¡Cuidado! Tantas exigencias te pueden conducir a la infelicidad y a la frustración.

Pide hoy al Señor que te ayude a disfrutar de los espacios de felicidad que tienes a tu alcance.