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No hagas caso a las intrigas

Matutinas para Jóvenes 2020

«El malvado está atento a los labios inicuos; el mentiroso hace caso de la lengua infamante»

Proverbios 17:4

Nehemías había cumplido uno de sus grandes sueños. Había conseguido el apoyo del rey de Persia para regresar a reconstruir las murallas de Jerusalén. El viaje fue largo y cansado. Finalmente, la enorme caravana avistó lo que había sido la ciudad de David, ahora en ruinas. De inmediato, Nehemías trazó estrategias de trabajo y recorrió la ciudad. Sin embargo, Sambalat, Tobías y Guesén se burlaron de su proyecto y se empeñaron en desanimarlo. Pero el valiente líder se mantuvo firme en su propósito a pesar de todo tipo de comentarios amargos en su contra.

Para amedrentarlo, sus opositores intentaron hacerlo caer en el juego de las intrigas. Lo mandaron llamar para aclarar algunos supuestos rumores que corrían por ahí. No obstante, Nehemías se negó a reunirse con ellos una y otra vez.

Entonces, le enviaron el siguiente mensaje: «Ha llegado a nuestras ciudades el rumor, y Guesén lo confirma, de que los judíos y tú piensan rebelarse, y que por eso estás reconstruyendo las murallas de Jerusalén. Según este rumor, tienes la intención de proclamarte rey, y hasta te has rodeado de profetas para que proclamen en Jerusalén que Judá ya tiene rey.

Ten cuidado, porque esto puede llegar a oídos del rey. Así que ven hablar con nosotros, para aclarar este asunto» (Nehemías 6:5-7). Todo era mentira. Se trataba de falsos escenarios para enredarlo en las intrigas de sus rivales. La respuesta de Nehemías es un modelo para enfrentar las intrigas que se levantan en nuestra contra: «Esto que dices no es verdad. Tú mismo lo has inventado» (Nehemías 6:8).

El siervo de Dios no perdió tiempo aclarando mentiras y falsos escenarios. Tampoco dejó que afectaran a su trabajo y proyectos de vida. Nehemías siguió adelante con la reconstrucción de la muralla de Jerusalén. Las intrigas no pararon, pero él «no permitió que se lo intimidara ni se lo indujera a seguir una conducta cobarde» (Hijos e hijas de Dios, p. 215).

¿Alguna vez has sido objeto de una intriga? ¿Has caído en el juego de las mentiras y los falsos escenarios? ¿Te ha afectado emocionalmente? ¿Has tomado decisiones relevantes basadas en rumores, chismes y murmuraciones en tu contra? Creo que el método de Nehemías es mucho mejor en todos los sentidos.

Ante los intrigantes, es mejor decir: «Esto que dices no es verdad. Tú mismo lo has invitado». No más explicaciones ni tiempo perdido. La manera en que enfrentamos una intriga revela el tipo de personas que somos.

Pide hoy al Señor que te ayude a seguir tus proyectos de vida sin dejarte enredar por intrigas inútiles.