«Y les dijo: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura»»
Marcos 16:15
Desde el punto de vista geográfico, se puede decir que la obra de Cristo fue sumamente limitada. Estaba restringida a unos pocos kilómetros cuadrados que se recorrían habitualmente a pie o en simples barcas. «Recorría Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, predicando el evangelio del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo» (Mateo 4:23).
Todas las ciudades y aldeas de Galilea fueron visitadas por Jesús mientras impartía su gracia sin medida. La alimentación de los cinco mil, la caminata sobre el mar y la calma de la tempestad fueron algunos de los milagros públicos y extraordinarios que tuvieron lugar en las costas del mar de Galilea.
Pero a pesar de que Galilea comprende una región bastante restringida, es a la vez una región estratégica por su conexión con Asia, Europa y África. En tiempos de Cristo, los judíos dispersos por los países vecinos acudían a Jerusalén para asistir a las fiestas anuales y, al volver a donde residían, podían difundir por el mundo la llegada del Mesías (El Deseado de todas las gentes, pág. 23).
Con todo, antes de su ascensión, Jesús confió a sus discípulos el mandato de ir por todo el mundo predicando el evangelio a toda criatura. Sin considerar las diferencias sociales, de raza, cultura o religión, hemos de mirar al mundo como el campo de labor y a cada persona necesitada, como una oportunidad para actuar.
En cierta ocasión, mi esposo (L) y yo pensamos que debíamos hacer algo más para llevar el evangelio a tierras lejanas. Sin embargo, distintas dificultades relacionadas principalmente con el idioma o el tiempo de espera para concretar dicho proyecto nos llevaron a pensar en otras opciones. ¿Cuáles son las ciudades que hablan nuestro mismo idioma con mayor cantidad de extranjeros que podríamos visitar? ¿Hay extranjeros que viven a nuestro alrededor? ¿El turismo de nuestra ciudad tiene el potencial para la expansión del evangelio en otras tierras?
A veces, es necesario recorrer largas distancias para llegar a los puntos más remotos del mundo. Otras veces, basta ubicarse en un lugar estratégico y difundir el mensaje entre los visitantes de tal sitio. Si han probado la gracia de Cristo a través de manos ayudadoras y desinteresadas, ellos sabrán mejor que nadie de qué manera alcanzar a sus compatriotas.
Hoy te invitamos a mostrar amor a través de obras de misericordia hacia los extranjeros que viven cerca de tu entorno. Ora también para que puedas visitar alguna ciudad populosa con el propósito de llevar esperanza a quienes perecen sin ella.