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Tu manera de hablar te delata

Matutinas para Jóvenes 2020

«Los que urden el mal pierden el rumbo; los que piensan el bien encuentran amor y verdad»

Proverbios 14:22

Pedro es uno de los discípulos más populares de la Biblia, especialmente por su forma intempestiva de reaccionar. A veces parece como si la lengua del apóstol se activara más rápido que su cerebro. Con todo, Jesús lo amaba como al resto de los futuros líderes de la iglesia.

Asimismo, el Señor advirtió a Pedro que un día tendría que superar una difícil prueba relacionada precisamente con uno de sus problemas más notorios: la lengua. Pedro negaría a Jesús en su momento más crítico. Por supuesto, el discípulo había asegurado que eso nunca ocurriría.

Cuando Jesús fue apresado en medio de una noche llena de confusión para sus seguidores, Pedro se quedó solo mientras Jesús era juzgado ante el sanedrín. De pronto, alguien se le acercó y lo acusó de ser uno de los adeptos del galileo. Pedro lo negó y se apartó del lugar. No obstante, una criada lo miró fijamente y comentó a quienes la rodeaba que ese hombre era uno de los que estaban con el acusado.

Pedro negó conocer al Señor. Finalmente, un grupo de hombres le dijeron: «Sin lugar a dudas, tú también eres uno de ellos, porque hasta tu manera de hablar te delata» (Mateo 26:73). ¡Pedro fue acusado de ser un seguidor de Jesús por su manera de hablar! Lo triste fue que, para negarlo, el discípulo comenzó a usar palabras vulgares y malsonantes para disuadir a sus acusadores de que él no era quien aseguraban. Después, el apóstol lloraría amargamente y se arrepentiría de su actitud.

La lengua expresa los sentimientos, las creencias, los principios y los valores que llevamos dentro. Nuestras palabras revela el tipo de relación que tenemos con Dios. A veces ni siquiera es necesario que le digamos a otras personas que somos cristianos, ya que, como en el caso de Pedro, nuestra manera de hablar nos delata. Asimismo, el lenguaje soez, irrespetuoso y vulgar revela la clase de influencia que gobierna nuestras vidas.

¿Qué revela tu manera de hablar? ¿Puedes escuchar el eco de tus palabras? Sean pocas o muchas, tus palabras son un indicador del punto en el que se encuentra tu fe. Por eso, lo más importante es estar con Jesús y consagrarle la vida para que así las palabras lo manifiesten a nuestros semejantes.

Este día pide al Señor que transforme tu vida y que puedas revelarlo a través de tus palabras.