«Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús»
1 Tesalonicenses 5:18
En un informe publicado en la revista de The New York Times del domingo 7 de julio de 2013, Catherine Campbell señaló que las enfermedades mentales representan un grave problema, no solamente para la salud, sino también para la economía, tanto de quienes padecen la enfermedad como del gobierno en general. Estas enfermedades significan más de medio trillón de dólares al año para los Estados Unidos; y su tratamiento, en ningún caso, garantiza la recuperación de la salud mental.
Una de las mejores maneras de contrarrestar las enfermedades mentales consiste en prevenirlas. En este sentido, un número creciente de investigadores ha comenzado a estudiar aquellas estrategias que pueden aumentar el bienestar psicofísico y emocional de las personas.
Entre estos investigadores, se destacan los psicólogos Robert Emmons, de la Universidad de California, y Michael McCullough, de la Universidad de Miami, quienes realizaron un novedoso experimento entre estudiantes universitarios. Luego de reclutar a unos trescientos estudiantes, los dividieron en tres grupos, dándoles una tarea diferente a cada uno.
Al primero de los grupos, le dieron la tarea de escribir los motivos de agradecimiento que podían manifestar cada día. Estos participantes escribieron frases como: «Doy gracias a Dios por darme un día más» o «doy gracias por mis amigos». Para el segundo grupo, la tarea consistió en escribir los problemas o molestias que habían tenido durante el día, y expusieron frases como: «Fue difícil encontrar estacionamiento» o «nadie limpió la cocina». Por último, el tercer grupo debió escribir acerca de las cosas que habían realizado de manera general, y escribieron: «Viaje a Sacramento» o frases por el estilo.
Lo interesante fue que un par de meses después de practicar este tipo de ejercicios, los participantes que habían expresado gratitud mostraron mayores niveles de bienestar psicológico que los participantes de los otros dos grupos; y lo que es más extraordinario, tuvieron menos síntomas de enfermedades físicas que los demás.
Un refrán popular advierte que «no se puede estar descontento y agradecido al mismo tiempo». Existe un poder maravilloso en la gratitud. «Nada tiende más a fomentar la salud del cuerpo y del alma que un espíritu de agradecimiento y alabanza. Resistir a la melancolía, a los pensamientos y sentimientos de descontento, es un deber tan positivo como el de orar» (El ministerio de curación, pág. 194).
Agradezcamos a Dios porque en su Palabra nos ha dado principios sencillos y eficaces que añaden bienestar y satisfacción a la vida. Recuerda dar «gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con [nosotros] en Cristo Jesús».