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La audacia de la juventud

Matutinas para Jóvenes 2020

«Hay tres valientes, y hasta cuatro, que tienen un paso airoso: el león, el animal más terrible, que no huye ante nada ni ante nadie; el gallo orgulloso, el macho cabrío y el rey que marcha al frente de su ejército»

Proverbios 30:29-31, DHH

Alejandro III de Macedonia (356-323 a.C.), más conocido como Alejandro Magno, fue uno de los líderes militares más brillantes de la historia. Desde niño mostró interesantes rasgos de personalidad: energía, sensibilidad y ambición. Se dice que a los dieciséis años tuvo que repeler una insurrección; Aristóteles, el eminente filósofo y maestro del príncipe, le dije que aún era prematuro participar en luchas armadas, a lo que el muchacho respondió: «Si espero perderé la audacia de la juventud».

A la muerte de su padre, Filipo II, Alejandro ascendió al trono e inició su invasión de Asia Menor en 334 a.C. con un ejército de cuarenta mil hombres. La forma de motivar a sus soldados y la capacidad de ir siempre al frente de sus batallones lo hacía un líder irresistible. Las victorias se sucedían una detrás de la otra. Pero el momento crucial llegaría el 1° de octubre de 331 a.C. en ocasión de la batalla de Gaugamela, a unos 27 kilómetros de la actual Mosul (Irak).

El poderoso ejército medopersa contaba con más de doscientos cincuenta mil efectivos, e incluía escuadrones de infantería, mercenarios, caballería, arqueros, carros falcados y elefantes de guerra. Del otro lado, el ejército macedonio contaba con siete mil jinetes y cuarenta mil infantes.

Pero los movimientos del ilustre monarca heleno abrieron los flancos persas y ocasionaron la huida de Dario III, ante lo cual su ejército abandonó el combate. Aquella derrota marcó el final del Imperio medopersa. A partir de entonces, Alejandro llegó a ser el soberano del Oriente.

Desde una perspectiva numérica, Alejandro tenía pocas posibilidades para derrotar a sus enemigos persas, sin embargo, el líder griego tenía la «audacia de la juventud», que lo motivaba a perseverar en el alcance de sus metas.

Es cierto, la audacia de la juventud puede impulsar a un joven a realizar sueños que parecen difíciles de alcanzar: obtener una beca a través del colportaje para estudiar en una universidad cristiana, iniciar tu propio negocio, casarte con la persona que amas o trabajar en otro país.

¿Acaso eres de los que tiene pocas posibilidades de alcanzar sus sueños en este mundo? Pues bienvenido al club. Pero tienes una gran ventaja: la audacia de la juventud. ¡Aprovecha este momento!

Este día pon tu juventud en las manos de Dios para que él te ayude a aprovechar esta maravillosa etapa de la vida.