Categories

Archivos

¿Reconoces su voz?

Matutinas para Mujeres 2020

Mis vecinos tienen tres perros: Lola, una Labrador de color beis y ojos negros vivaces; Caramelo, una perrita de caza de color blanco y manchas amarillas; y Pequeño, que es igualito a su mamá, Caramelo. ¿Por qué te cuento esto? Porque con estos tres perros, aprendí una gran lección que me ayuda a vivir en estos tiempos del fin.

Verás, un día salí de mi casa de madrugada para recoger unas cajas que había dejado en el patio de mis vecinos. Normalmente, cuando es de día, los tres perros me reconocen, así que al verme llegar se ponen contentos. Pero aquella ocasión era la primera que me acercaba e ellos en la oscuridad de la noche. Seguramente su instinto les dijo que yo era un intruso que estaba poniendo en peligro su territorio, así que se lanzaron hacia mí con fuertes ladridos, para ahuyentarme; a mí me pareció que estaban listos para atacar, así que decidí hablarles.

Cuando les hablé, dos de ellos se calmaron inmediatamente; era obvio que habían reconocido mi voz. Sin más rodeos, se fueron de nuevo a su lugar, tranquilos. Sin embargo, Caramelo siguió ladrando fuertemente, quizás porque no me había oído. No fue hasta que me tomé el tiempo de tocarle sus largas orejas que finalmente se calmó y toda su furia se quedó en nada. Ella, también, se volvió a tumbar para continuar con su sueño nocturno.

Lo que se destacó para mí en esa situación es la importancia de reconocer la voz de quien nos habla. Llevado al ámbito espiritual: puede haber personas que se hagan pasar por falsos cristos, o ideas no bíblicas que nos sintamos tentadas a aceptar, por lo que la solidez de nuestros criterios y decisiones debe radicar en que conocemos al Maestro, en que identificamos su voz y por lo tanto sabemos qué cosas no vienen de él.

Al igual que le pasó al pequeño Samuel, que no reconoció la voz de Dios hasta que fue instruido por Elí, nosotras no aprenderemos a distinguir la voz de Dios hasta que no seamos instruidas por su Palabra, por todos los mensajes que nos ha dejado a través de sus profetas. Está ahí para que nadie te engañe, para que no tengas miedo, para que puedas prepararte para el gran día. Está ahí para enseñarte a reconocer la voz de Dios sobre todos los demás ruidos del mundo.

«Mis ovejas reconocen mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen»

Juan 10:27