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Otro problema que no habrá en la tierra nueva

Matutinas para Mujeres 2020

Uno de los problemas de los que se habla en la prensa es el de cómo abastecer a la superpoblación mundial. No encontramos nada sobre esto en la Biblia, pero es revelador de los tiempos en que vivimos y, eso sí, sabemos que no existirá tal conflicto en la tierra nueva.

Dios pidió al ser humano que se multiplicara, llenando así la tierra (ver Gén. 1:22, 28) lo cual, en principio, no debería generar conflictos. Los hijos son una herencia del Señor (ver Sal. 127:3-5) y como tal es bueno, justo y sano percibirlos. Sin embargo, nos encontramos en pleno siglo XXI con una población mundial que supera los siete mil millones de habitantes y, según las previsiones de Naciones Unidas, se estima que en el año 2050 la cifra haya superado los nueve mil millones.

¿Se podrán suplir las necesidades de todos? Como cristiana, puedo ver que el problema de fondo no tiene tanto que ver con números como con el pecado.

Tal vez si la maldad no hubiera aumentado tanto y el amor no se hubiera enfriado (ver Mat. 24: 12), podríamos coexistir proveyendo comida para todos sin abusar de la creación de Dios; podríamos tener el dominio sobre las demás criaturas que el Señor nos confirió (ver Gén. 1:26) sin maltratarlas ni agotarlas para satisfacer necesidades egoístas; podríamos ser administradores más fieles de los recursos a nuestra disposición.

Tal como yo lo veo, el ser humano bien podría ser más justo, en lugar de generar excesivos recursos para los habitantes de las zonas más ricas a la par que los que viven en zonas pobres apenas tienen qué llevarse a la boca y mueren de hambre en grandes cantidades. La dignidad humana no es una prioridad y el amor al dinero reina por doquier.

Sin duda todo esto es causa de sufrimiento para muchos y por eso anhelamos una tierra nueva donde no existan estos conflictos. Y así será la Nueva Jerusalén. En ella habrá lugar para todos, nadie vivirá hacinado, el espacio será más que suficiente y la distribución de la población será perfecta. Un aspecto más de nuestras incertidumbres que el Señor ha tomado en consideración. No se le escapa detalle alguno.

Un profesor ateo, burlándose de las creencias de una de sus alumnas, le dijo:

-Si logras llegar al cielo, confórmate con que te den apenas un rinconcito, por pequeño que sea.

Pues con eso yo me conformo, porque el concepto «rinconcito» será otro en el cielo. La presencia de Dios es lo importante.

«Todo lo que antes existía ha dejado de existir»

Apocalipsis. 21:4