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El miedo a la libertad

Matutinas para Jóvenes 2020

«Según el hombre, todo camino es limpio, pero el Señor pondera los espíritus»

Proverbios 16:2

Erich Fromm (1900-1980) escribió El miedo a la libertad en 1941, cuando las principales potencias del mundo se encontraban inmersas en la Segunda Guerra Mundial. Ahí destacó una de las grandes características del hombre contemporáneo: su incapacidad de alcanzar una libertad genuina. En los años de la posguerra el libro de Fromm se convertiría en una lectura muy popular en los círculos académicos.

La época contemporánea se caracteriza por la indecisión y la falta de compromiso de la sociedad. Nadie quiere «sentirse atado a los compromisos» y prefiere pasar la vida al pairo, sin responsabilidades que lo obliguen a tomar decisiones.

La vida de los seres humanos está marcada por las decisiones que toman a lo largo de su existencia. Es muy cómodo culpar a otros de nuestras desgracias y adjudicarles responsabilidades personales para justificar nuestras torpezas. ¿Pero qué ganamos con ese tipo de actitudes? Finalmente, fuimos nosotros los que decidimos aceptar la derrota, rendirnos, abandonarnos a la desesperanza y claudicar.

Triunfar o ser derrotados, ser felices o desdichados, disfrutar o amargarse la vida, es una decisión personal. Nadie nos puede hacer sentir mal sin nuestro permiso. Nadie puede arrancarnos la alegría de vivir sin nuestra anuencia.

De ahí la importancia de saber tomar decisiones relevantes en el momento preciso. Pero tomar una decisión conlleva el uso sabio de la libertad. Decidir es ser libres. Y ahí empieza el problema para mucha gente que le tiene miedo a la libertad. Prefiere ceder su libre albedrío y depositar su capacidad de decisión en las manos de otras personas.

Prefiere que le indiquen lo que debe hacer y asume una actitud cobarde ante la posibilidad de enfrentarse a las consecuencias de sus decisiones, sin darse cuenta de que, a la larga, tendrá que pagar un precio muy alto por esta actitud.

Es posible que en tu vida ya haya llegado el momento de asumir responsabilidades mayores y para ello se requieren decisiones firmes. Tienes que tener el valor de pagar su precio. Para tener éxito en la vida hay que tomar resoluciones sólidas.

Jesús dijo: «Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres» (Juan 8:31, CST). No temas seguir el camino de la libertad, la verdad o la justicia. Todo esto está asociado con el Padre celestial. Dios te dará el valor para seguir el mejor camino. ¡Acepta el reto de ser libre!