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Matutinas para Jóvenes 2020

«Mantente atento al estado de tus ovejas; cuida bien a tus rebaños, porque las riquezas no duran para siempre ni la corona permanece perpetuamente»

Proverbios 27:23-24

En 1206, el guerrero mongol Temujin fue elegido señor de todos los nómadas de la estepa y recibió el nombre que lo hizo famoso: Gengis Kan (1167-1227), que significa ‘emperador universal’.

En veinte años llevó a cabo una de las expansiones militares más importantes de la historia y levantó el colosal Imperio mongol, conquistando gran parte del norte de China, entonces bajo el control del reino de Xi Xia y el Imperio yurchen, y aplastando el Imperio musulmán de Juarezm, en Asia Central.

Lo interesante es que los ejércitos de Gengis Kan no contaban con ningún tipo de superioridad tecnológica respecto a sus predecesores. En realidad, su arma principal era el arco compuesto, con apenas unas cuantas diferencias con el que habían utilizado los escitas más de dos mil años antes.

¿En qué radicó su éxito? Se debió a una serie de factores, entre otros, el propio liderazgo del general mongol, considerado como uno de los mejores militares de la historia. Pero también hubo otros factores, como fundamentar la selección de los hombres por sus cualidades personales, y no por sus vínculos con la aristocracia, para ocupar puestos de responsabilidad.

Gracias a eso, el líder tuvo a la gente más capacitada a su lado. Otro de los pilares de sus proezas en el arte de la guerra fue la disciplina que estableció entre sus tropas. «Si vencemos, que ninguno tome botín en ese momento, pues ya será repartido más tarde; y si tenemos que retirarnos, tornemos al lugar de donde hayamos partido y, formados otra vez, volvamos a atacar con brío.

Todo aquel que no vuelva a la formación será decapitado» (Borja Pelegero, «Gengis Kan, el conquistador mongol», National Geographic Historia, Número 136, p. 70). Lo anterior permitía a los mongoles no distraerse saqueando los campamentos de los adversarios ni dejar escapar a los enemigos.

Liderazgo, buenos consejeros y disciplina. Nada de descuidos, amiguismos ni anarquía, Cualquiera puede ganar una batalla en la vida, incluso de manera fortuita, pero consolidar una serie de triunfos durante varios años no es ninguna casualidad. Para eso necesitas un buen liderazgo, gente capaz a tu lado y orden. Son factores que no puedes descuidar si deseas aprovechar tu paso por este mundo.

Hoy ruega al Señor que, bajo su dirección, te ayude a encontrar las mejores compañías y a desarrollar hábitos como el orden y la disciplina en tu vida.