Estaba de visita en la casa de mi hermano, en Oregón, aprovechando que mis hijos pasaban allí sus vacaciones para practicar inglés. Una mañana, con toda mi buena voluntad de aliviar las cargas de mi hermano, decidí poner a lavar su ropa.
Él tenía siempre tanto trabajo que apenas le alcanzaba el tiempo para las cosas de la casa, y yo no imaginé que la llave de su auto estaba en un bolsillo de un pantalón. Un sudor frío me recorrió la frente cuando mi hermano me preguntó: «¿Sabes dónde está mi pantalón? Necesito la llave que está en un bolsillo». Claro que yo sabía dónde estaba su pantalón: empapado de agua, en la lavadora, dando vueltas desde hacía media hora.
Por mi mente solo pasaba una idea: seguro que la llave se estropeo. Era una de esas llaves que tienen componentes electrónicos, así que ¿qué probabilidades había de que siguiera funcionando después de haber recibido tanta agua y jabón? Me dirigí inmediatamente a la lavadora, saqué el pantalón empapado, agarré la llave y descubrimos que, efectivamente, no funcionaba y por lo tanto el auto no abría.
De pronto, estallé en llanto. Pensé entonces que lo mejor era elevar un canto al Señor, y canté a Dios toda la mañana, toda la tarde y toda la noche. Al día siguiente, el auto funcionó como si nada hubiera sucedido.
Sentí una paz increíble cuando Dios miró mi aflicción por causa de aquella llave y respondió mi oración sincera. Realmente estaba preocupada, pues sabía que el costo de arreglar aquella llave era muy alto. Dios se compadece de sus hijas que lo amamos y lo buscamos en las dificultades de nuestra vida.
Como se puede ver en la bendición sacerdotal de Aarón, que encontramos en el versículo de hoy, Dios quiere bendecirnos. Pero ¿qué significa eso exactamente? No tiene por qué significar una bendición económica en el sentido de prosperidad material, ni tampoco tiene por qué referirse a la falta de dificultades.
«Bendecir» significa recibir el poder para alcanzar el éxito en la vida cristiana que es, en última instancia, la salvación. Si para ello hay que pasar estrecheces o sacrificios, bienvenidos sean.
Bendición es la bondad de Dios en acción. Y eso es lo que él desea para ti.
«Que el Señor te bendiga y te proteja; que el Señor te mire con agrado y te muestre su bondad; que el Señor te mire con amor y te conceda la paz»
Números 6:24-26